Juntos, unidos…
porque tu eres la fuente de mi deseo,
cristalina, pura, inagotable;
fuente que fluye y alimenta mi devoción por ti.
Juntos, unidos…
podría acariciar tu precioso cuerpo
mientras te voy quitando tu vestido
y baja suavemente por tu aterciopelada piel.
Juntos, unidos…
podría recorrer todas las curvas de tu cuerpo
sintiendo el calor de tu piel en mi piel,
tu respiración con mi respiración,
la música de tus jadeos.
Juntos, unidos…
en un huracán de deseo que nos azote
en el baile más sensual entre nuestros cuerpos,
entrelazados en el mismo fuego y
sintiéndote con todo lo que tengo.
Juntos, unidos…
cada vez más juntos,
cada vez más unidos,
fusionados en cuerpo y mente
hasta llegar a ser un solo ser
en dos cuerpos distintos.
Llegar hasta ese momento
en que nuestras miradas se claven
la una en la otra y sintamos una
sensación que no se puede describir con palabras,
como las que tampoco hay
para describir mi amor por ti.
Amor que aunque escribiera todos los
poemas escritos y que quedan por escribir
en los confines de la eternidad,
no lograrían transmitir lo mucho que te quiero y deseo.
FIN